Nocturno (del soldado en la trinchera del 65)



Vuelvo a ver la tarde morir en aves grises
cuando la vida caía y se elevaba en mi sombra
Llevo días sin verme tras un espejo fusilado
Hoy necesito vivirme por dentro
un soplo de lengua bajo el manto del infierno
Las balas con boca de somníferos muerden
mis manos hundidas en mi pecho como orificios
y la alucinación me acompaña con rabia
con ojivas de flores desintegradas por rostros
por cuervos ahorcados en el Parque Independencia
La trinchera me saca la lengua para arrebatar
el suicidio del viento víctima de los gritos
de un grupo de muchachos albinos en barcas de papel
por las cunetas del barrio ―Saciar sus locuras
de revólver y matar cada mordedura de plomo
matar cada bullicio en el impacto
investir las jaurías encumbrándome hacia el Puente Duarte
arrancar un segmento de mí
despojarme en el agua del Ozama
para volver en la tarde a ver el silencio vacío del barrio
y morir tal vez  apretando el dulce sabor a luz



Augusto Bueno

Comentarios

El inconfundible sello del rambouniano de los excesos, buena poesía, como nos tiene acostumbrados.

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