Noche de Paz


Es un sueño que te mira desde afuera de la cama
El cuerpo abraza abalorios con arquitectura de molino,
El ruido de la calle rasguña la puerta de la pensión;
Hay gruesas catacumbas anegadas de café,
Entran y salen por aquí;
una balsa en la cama, a la deriva,
Alguien aúlla, toca mi cráneo, infierno adentro, 
Quiere salir, que lo dejen, 
No hay escape de allí, solo el día al otro lado 
De la cama ofrece sus viejas aspas.
Las sombras son cálidas a esta vuelta de la soledad
En que los pensamientos se apiñan para arrancar un trozo
De piel líquida al insomnio.
La carne cede siempre, 
el deshielo busca el vértigo, tiende chocolates,
Flores, el cianuro lento de las horas más largas;
Es otro este planeta gris antes de la curva de la madrugada,
Cielo de astros podridos para la faena, 
La cama se golpea la calva contra tus pies,
Mañana bostezará el noticiario y la vecina llamará desde afuera para ofrecernos otro cobrador atascado en el umbral desde hacía un mes.
Se alzan pendientes en el maremágnum de pensamientos, a la postre,
Llueven agravios desestimados que se filtran con impertinencia usual por los techos,
Adrede, a manos llenas, al borde de la alfombra, 
esa luz marrón
o los mágicos senos que hacen parir las tormentas;
astas bajo los cúmulos, lucen sus sonrisas de puñal,
Siempre a punto de estallar bajo la almohada. 
Ho ho ho ho. 
Feliz día de Isaac Newton, planeta.

Randolfo Ariostto Jiménez.
14/1/2019.

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