Recital
Por Pedro Espinal
Nos convocó la poesía,
con sus voces infinitas
nos llevó a marcar el día,
en primavera hizo su cita
Nos brindó de su caldo apetecible,
abrimos ventanas,
la vimos posarse en las praderas.
La urgamos entre gavetas,
le sacudimos el polvo;
nos puso a mirar el cielo,
las constelaciones olvidadas,
la luna como pedazo de queso
y nos embriagó el licor de su búsqueda.
Llegado el día,
vimos desprenderse las horas,
achicarse el tiempo,
asomarse el minuto;
el instante que aguarda
y se acercaron los de lejos,
con su erupción de saludos.
Cercana la hora,
nos fuimos ataviando,
la emoción se hizo túnica,
manto de lo inexplicable; impulso del corazón que se agita, soplo del alma embargada.
Y marchamos al jorgorio de las musas.
Llegamos uno a uno, de dos en dos, llegamos a chorro.
Y se encontraron las sonrisas, se volvieron cómplices las manos, se hizo efervescente la ternura, la gracia fraterna se esparció como perfume.
Levitó la acogida,
Desfiló el arte, gratis desfiló,
Se honró al poeta.
Volaron las voces, las almas no pararon de cantar y el riachuelo nos meció toda la noche en su murmullo.
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